Estudiar a los clásicos: una puerta para el cambio social.

Estudiantes de segundo semestre de Lenguas Modernas de la U. de Caldas, estudian los arquetipos de dos obras clásicas para entender mejor el mundo y su propia psique.

Desde que llegaron los libros de Enheduanna y Homero (siglo XXIII y VIII a.C. respectivamente) a la clase de Literatura Occidental, en el programa de Lenguas Modernas de la U. de Caldas, los estudiantes de segundo semestre iniciaron un atractivo ejercicio de inmersión en las tradiciones antiguas de Mesopotamia y Grecia. A partir de esa exploración en dos de las obras más representativas de nuestra tradición literaria, encontraron valiosas conexiones entre el pasado y el presente que ahora les permite hablar, con más propiedad, de inquietudes actuales como, las raíces de la cultura, las narrativas heredadas, los roles de género, la religión, el poder y el sentido de comunidad, entre otros.

Luego de varios meses de estudio, su profesora, Mary Luz Montoya Sáenz, propuso poner en escena los arquetipos existentes en los personajes que aparecen en estas obras, como el héroe, la sacerdotisa, el dios o el guerrero, con el fin de lograr una experiencia significativa que los sacara del texto y los llevara a entender por qué somos lo que somos a partir de esas historias escritas hace miles de años.

Desde un comienzo, la propuesta fue más arriesgada, pues los hombres debían representar arquetipos femeninos y las mujeres, arquetipos masculinos. Estar en otra piel, desde el punto de vista escénico y psicológico, los llevó a explorar sus emociones, entender esa experiencia fascinante de ser humanos y coincidir en la idea de que, por ejemplo, nosotros mismos encarnamos al héroe; pero no el que nos venden en Disney, sino el que se levanta de la cama y supera adversidades día tras día.

“Esto es fascinante porque revela patrones recurrentes en la cultura y la psique humana. Los arquetipos permiten identificar y analizar patrones para ser más empáticos con esos mitos y relatos antiguos que reflejan inquietudes humanas universales. Considero que estas experiencias en clase enriquecen la formación académica y personal, porque brindan una base para aportar a un futuro más armónico, consciente e incluyente”, afirma la magíster en Lingüística y profesora de  Literatura Occidental, Mary Luz Montoya Sáenz.

¿Qué dicen los estudiantes?

Jimena Salgado Castrillón: representa a Odiseo con los arquetipos del buen consejero, el guía y la sabiduría en batalla.

“Siento que es importante acercarnos al estudio de los arquetipos porque podemos entendernos a nosotros mismos y los motivos por los cuales tenemos ciertos comportamientos e ideas. Además resultan muy útiles para nuestro desarrollo y crecimiento personal, porque solo quien logra conocerse puede explotar sus cualidades y habilidades al máximo. Esta clase se sale de lo convencional y nos aporta muchas enseñanzas sobre nosotros mismos y nuestra sociedad, porque nos ofrece una mirada más práctica de ver la literatura”.

 

Juan José Jiménez López: representa a Enheduanna con los arquetipos de la sacerdotisa, la devota, la ultrajada y la vuelta a renacer.

 “El estudio de los arquetipos ofrece respuestas frente a la creatividad humana y la forma de pensar el mundo a lo largo de los siglos. Considero que a partir de este estudio pudimos analizar muchos patrones de pensamiento y acción en la cotidianidad. La profe Mary Luz nos enseña a liberarnos de esas formas tradicionales de aprender y nos acerca a un ejercicio más crítico. Me pareció interesante que podamos expandir nuestro conocimiento, no solo desde lo literario sino desde lo humano”.

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